A mediados de la década de los ochenta Sega asombró con la salida de una nueva máquina destinada a los salones recreativos llamada 'Enduro Racer', la cual contaba con un espectacular mueble sobre el que emular las andanzas de un piloto de moto en las condiciones de terreno más duras.



Al poco tiempo no tardaron en aparecer conversiones para sistemas domésticos siendo la protagonista de este artículo, la lanzada en 1987 para ZX Spectrum, una de las más conseguidas y recordadas.

A diferencia de otros ports, como el aparecido para Master System el cual cambió desde la perspectiva hasta el desarrollo del juego, aquí nos encontramos con un fiel reflejo de lo que habíamos disfrutado en los arcades emulando absolutamente todo excepto el manillar para el control, claro.

Con un clásico sistema basado en avanzar esquivando vehículos y superando escollos hemos de conseguir llegar a tiempo a los puntos de control para lograr extender la duración de la partida. En este título para la máquina de Sinclair tenemos un total de 5 escenarios sobre los que demostrar nuestra pericia en el manejo de la moto siendo el checkpoint el punto de cambio entre unos y otros. 

Los niveles se diferencian entre sí por sus diferentes obstáculos, tipo de vehículos... y, de manera más acusada, en un cambio sustancial de color para tratar de reflejar las variaciones en el terreno. La verdad es que resulta bastante creíble el sistema usado. Había que ser muy hábil para que un hardware tan limitado pudiese acercar a una experiencia tan completa como la vista en los recreativos y para esta ocasión lo bordaron.



El dibujo de todo lo que aparece en pantalla es muy correcto, la sensación de velocidad está bastante conseguida, el control es ágil y sencillo, y la dificultad está ajustada para no ser ni un paseo ni tampoco una tarea imposible concluir los cinco stages a tiempo. Por supuesto, más recorridos hubiesen sido ideales para redondear un ya de por sí buen trabajo y alargar el interés en él. Ya nos hubiese gustado que ocurriera algo similar a lo vivido en la 8 bits de Sega.  

En el apartado sonoro dejar constancia de que la versión para 48K únicamente incluye ciertos efectos FX como el ruído del motor al acelerar mientras que la versión para 128K mejora este aspecto además de añadir música.

Activision se marcó un arcade de los que aún se recuerdan y que ningún fan de los videojuegos, independientemente de su edad, debería dejar de probar ya que, visto con perspectiva, aún hoy sorprende.