No diga humor diga ¡Earthworm Jim! Si la primera parte de la obra de David Perry ya supuso una magnífica entrada para esta saga de juegos, la segunda entrega fue la confirmación de que un nuevo héroe llegaba a los 16 bits. Y en esta ocasión ni lucía una magnífica cabellera ni iba montado en un corcel blanco: era una lombriz, un gusano de tierra de esos que prácticamente no gustan a nadie. Hasta ahora ya que por su personalidad arrolladora, por saber sobreponerse a todo tipo de calamidades y por sus incontables guiños humorísticos este Jim se hizo un hueco en nuestros corazones y recuerdos. Eso sí, como a todo héroe que se precie en este mundillo digital, su fin último en esta vida es salvar a una princesa (conocida como Princess What's-Her-Name, lo de menos era ella ^_^) 

Esta secuela, aparecida a finales de 1995 para Super Nintendo y Megadrive, potenciaba todo lo bueno que tenía el original y le añadía si cabe mayor número de ingredientes para conseguir una receta casi perfecta. Desde unos magnificos gráficos en 2d de corte clásico con unas animaciones hiperfluidas para la época, muy en la linea de las vistas en Aladdin de Megadrive (todo un referente en ese sentido), pasando por un colorido y nivel de detalle exquisito, melodías elegidas con mimo incluyendo magníficos cortes de obras de música clásica, efectos sonoros brillantes... mezclando todo con una variedad en el desarrollo de la aventura que no permite caer en la monotonía ni un solo segundo. 

Entre las tareas a realizar a lo largo del juego nos encontramos con vacas a las que salvar de extraterrestres a bordo de platillos volantes que las quieren abducir; cachorros de perro a los que llevar a base de tacto con sus progenitores si no queremos hacerlos enfadar; bombas que transportar a los mandos de una nave espacial; recorrer el interior de algún ser despojados de nuestra ropa; volar a base de inflar con helio la diminuta cabeza de Jim o realizar carreras locas contra un ser que nos bloqueará el camino en cuanto tenga ocasión. Doce escenarios en total para pasar un buen rato sin preocuparnos por nada que no sea disfrutar.

Con niveles de plataformas clásicos, de disparos en perspectiva cenital pseudo 3D, otros más propios de hand held games... es fácil encontrar el gusto entre tanta variedad. No es un título largo y en menos de 2 horas se puede terminar sin ir rápido. Posee una dificultad ajustada y jamás cae en el tedio de tener que repetir ciertos capítulos una y mil veces por arte de un programador graciosete. Exceptuando la última fase donde a base de ensayo y error se logra memorizar los puntos clave de la misma para terminarla sin dificultades el resto es accesible para casi todo el mundo incluídos niños, los cuáles pese al tiempo que posee este juego lo siguen encontrando llamativo gracias a sus graciosos gráficos.

Con el tiempo esta segunda aventura de Jim fue portada a PSX y Saturn al comienzo de la generación de 32 bits sin mejoras significativas.




*Nota: Las imágenes que acompañan el artículo corresponden a la versión para Megadrive.