A mitad de la década de los ochenta
seguía la tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Aunque esta última era ya una potencia militar venida a menos no
dejaba de estar en el punto de mira de los americanos que no se
fiaban de lo que podían ser capaces dada la convulsa situación que
vivía la todavía URSS. Este entramado político sirve de contexto
al argumento de la obra objeto de este análisis.
Green Beret nace en el año 1985 de la
mano de Konami para los salones recreativos. Este título en 2D de
scroll horizontal mezcla las plataformas y la acción para dar lugar
a un arcade realmente difícil. Para el mercado norteamericano se
titula Rush'n Attack, en un juego de palabras de bastante mal gusto
que suena similar a Russian Attack
(Ataque Ruso).
En plena Guerra Fría, y encarnando a un boina verde del Servicio de Operaciones Especiales de los EEUU, el jugador ha de adentrarse en una base militar enemiga para tratar de rescatar a unos prisioneros de guerra los cuales están a punto de ser ejecutados. Este soldado va armado únicamente con un cuchillo aunque a lo largo de los escenarios puede tomar el control de diferente armamento que aparece a su paso.
En plena Guerra Fría, y encarnando a un boina verde del Servicio de Operaciones Especiales de los EEUU, el jugador ha de adentrarse en una base militar enemiga para tratar de rescatar a unos prisioneros de guerra los cuales están a punto de ser ejecutados. Este soldado va armado únicamente con un cuchillo aunque a lo largo de los escenarios puede tomar el control de diferente armamento que aparece a su paso.
Técnicamente presenta unos fondos variados, con adecuado uso del color y notables detalles. La representación de un campo militar rodeado de frío, nieve y decadencia es correcta. Los edificios y vehículos con los que se puede interactuar son detallados y están representados de manera adecuada. Los sprites de nuestro boina verde y del resto de elementos hostiles pecan de poco tamaño y se muestran faltos de abundantes rasgos gráficos. Como contrapartida a esta prolijidad el scroll de pantalla es muy suave y pueden llegar a aparecer al mismo tiempo una gran cantidad de elementos en movimiento. Luces y sombras en este apartado que, visto de manera general, merece un aprobado sin duda.
El capítulo sonoro también muestra
dos caras. Por una parte la sirena de emergencia que da comienzo a la
aventura y a los momentos de continuación tras perder una vida,
junto con una melodía que recuerda a una marcha militar, la cual
encaja perfectamente con el tipo de juego incitando a la huída y la
acción, ofrecen una calidad muy alta. Por contra los efectos ed
sonido son escasos, con volumen bajo y sin apenas presencia.
Jugablemente supone todo un desafío debido a un grado de dificultad alto desde el primer momento y con un gradual aumento del mismo. El más mínimo roce supone la pérdida inexorable de una vida. Exiten una abundancia de elementos dispuestos a terminar con el protagonista. No hay momentos de respiro ya que los rivales se reproducen sin descanso si nuestro soldado permanece quieto, lo que contribuye a que la sensación de huída y agobio sea incesante. Como buen arcade clásico el último nivel es el más largo y complicado.
Jugablemente supone todo un desafío debido a un grado de dificultad alto desde el primer momento y con un gradual aumento del mismo. El más mínimo roce supone la pérdida inexorable de una vida. Exiten una abundancia de elementos dispuestos a terminar con el protagonista. No hay momentos de respiro ya que los rivales se reproducen sin descanso si nuestro soldado permanece quieto, lo que contribuye a que la sensación de huída y agobio sea incesante. Como buen arcade clásico el último nivel es el más largo y complicado.
Afortunadamente el control es correcto
y preciso. Además de las típicas direcciones izquierda, derecha y
abajo, se utiliza la acción arriba tanto para saltar como para subir
por escaleras. Se hace uso de 2 botones, uno para el cuchillo
principal y otro para las armas secundarias de apoyo que se
encuentran repartidas por el mapeado y que sueltan algunos
personajes tras pasar a mejor vida. Éstas pueden ser granadas de
mano, lanzallamas o RPGs, encontrándose limitadas a 3 usos en total
cada vez que se consiguen, por lo que hacer un uso racional de ellas
es imprescindible para llegar lejos.
El principal inconveniente de esta obra
es lo repetitiva que resulta, a lo que contribuye la escasa variedad
de enemigos y la reiteración de situaciones a lo largo de la áreas.
En mi opinión este Green Beret gusta o
se odia en función de la paciencia del jugador para tratar de
profundizar en él. De primeras no es el arcade más accesible que
pueda imaginarse pero darle una oportunidad es sinónimo de, tras un
período de adaptación y conocimiento, satisfacción si consigue
dominarse.
Siempre me ha parecido un juegazo. Tenía la versión de Spectrum y la verdad es que me encantaba, aunque apenas pasaba de la primera fase xdd
ResponderEliminarAl igual que isaac yo disfruté de la versión de spectrum, y es de las que la ves ahora y te sorprende mas todavia de lo buena que era, con esos graficos, esa jugabilidad y ese scroll.
ResponderEliminarYo probé las versiones de NES y Spectrum en su día y aunque estaban muy bien hechas perdían la trepidante velocidad del arcade. Aún así la del ZX me parece la versión más meritoria de todas las que se salieron.
ResponderEliminar