Uno de los mejores y más reconocidos juegos del extenso catálogo de Game Boy es sin duda Super Mario Land, la primera aventura del fontanero que vió la luz para la portátil de Nintendo allá por 1989. Junto con Tetris y algunos Pokemon comparte el honor de estar entre los cartuchos más vendidos de la larga historia de esta consola.

Este mismo año 2013, tras varios intentos no del todo satisfactorios, ha aparecido un parche conocido como "Super Mario Land Colour" el cual aplica color al título en uno de los mejores trabajos vistos en mucho tiempo. Respetando por completo los sprites y gráficos originales añade un perfecto toque de cromatismos que le sientan como un guante, todo ello además libre de bugs importantes o de glitches molestos.


Si alguna vez, en tu imaginación, pusiste ciertas notas de color a los mundos de este primer S. Mario Land, probablemente se acerquen bastante a lo conseguido por Drakon y Spikeman, creadores de esta modificación, en su hack. Sarasaland y sus cuatro regiones (Birabuto, Muda, Easton, y Chai) lucen mejor que nunca. Mario usa su clásico atuendo rojo y azul, las monedas vuelven a ser doradas, las tuberías verdes hacen acto de presencia, las velas de las paredes de las pirámides muestran un color fuego muy logrado, los ladrillos son ocre, el león jefe del primer mundo es marrón... y prácticamente todo luce como debe. Quizá se echa en falta un toque de color para el agua en las fases submarinas al igual que, a veces, tarda un pelín en cargar los colores (menos de un segundo). Fallos menores fruto de trabajar con un hardware tan básico y limitado. Si incluso en máquinas tan potentes como Xbox 360 y juegos tan punteros como Gears of War se ha sufrido de pequeños retrasos en las cargas de texturas, por ejemplo, cómo no pasar por alto algo tan nimio en un trabajo con muchísimos menos recursos. 


El argumento en sí gira sobre la historia de que Tatanga, el malo de este episodio, hipnotiza a los habitantes de una ficticia tierra de nombre Sarasaland y rapta a la Princesa Daisy a la que obliga a contraer matrimonio. El encargado de resolver este entuerto es, cómo no, Mario que ha de viajar a través de las cuatro áreas que componen la zona hasta dar con el malvado extraterreste que se encuentra en Chai y, tras acabar con él, lograr rescatar a Daisy.

Esta entrega bebe directamente de las fuentes del primer Super Mario Bros de Nintendo. Bajo un clásico planteamiento plataformero se nos invita a recorrer un total de 4 mundos con 3 fases cada uno, encontrando al final de cada uno de ellos un jefe encargado de impedirnos continuar nuestro camino.

Para esta ocasión se hace bastante hincapié en los saltos sobre plataformas móviles suspendidas en el vacío y en esquivar abundantes balas de cañòn. Asimismo, y como nota distintiva, veremos a Mario a bordo tanto de un submarino como de una nave para afrontar ciertas misiones como si de un shoot'em up al uso se tratara. Otra característica propia en su paso a los circuitos de la pequeña de la Gran N es el hecho de que las tortugas, al ser pisadas, se transforman en bombas que explotan a los pocos segundos. Los items principales se reducen a dos: la típica seta que aumenta el tamaño del protagonista, y la flor que permite lanzar una superbola de fuego que rebota por la pantalla. Como apunte mencionar que con el parche aplicado no se varía el uniforme al hacerse con la flor. 


Gráficamente destaca por unos escenarios cuidados y que reflejan de manera veraz las diferencias entre las regiones en que nos encontramos. Los sprites son de un tamaño escaso, especialmente en el caso de Mario y algunos de sus enemigos más habituales, además de ser parcos en detalles. Aún así la recreación del mundo del fontanero para Game Boy es bastante aparente y queda bien resuelta. El punto del nuevo colorido mejora sin duda este apartado, apreciándose claramente esta virtud ya sea al jugar en un monitor/tv o al hacer uso de la rom en, por ejemplo, una nintendo DS (funciona genial en lameboy), que son los dos ámbitos en que lo he probado con magnífico resultado.

Su parte sonora es sobresaliente con unas melodías de una calidad altísima, además de variadas y perfectamente seleccionadas para cada momento. 


Probablemente el mayor hándicap de este primer Mario Land sea que se hace excesivamente corto y fácil. El acceso a las secciones de bonus tras concluir cualquiera de los 2 primeros niveles de cada mundo, si se terminan por la salida superior, contribuye a que se adquieran suficientes vidas (hasta 3 cada vez) que, junto a los corazones que sustituyen a las setas verdes (1up) y las abundantes monedas posibilitan acumular bastantes oportunidades. Únicamente a partir de bien entrado el tercer mundo la curva de dificultad aumenta algo pero no es suficiente para que finiquitar la aventura sea un gran reto.

El asombroso traslado del mundo de Mario a la pequeña Game Boy fue una realidad hace ya muchos años. Diversión en estado puro de la que es difícil cansarse. El hecho de que ciertos programadores, a día de hoy, dediquen sus esfuerzos a mejorar una obra, respetando en todo momento lo que fue, es algo digno de agradecer y, si encima, presenta una calidad tan abrumadora no queda otra que quitarse el sombrero. Encontrar esta modificacion ha supuesto el empujoncito que necesitaba para rejugar de nuevo esta joya. Recomendadísimo