Cada vez es más frecuente encontrar títulos de compañías independientes cuya seña de identidad es utilizar fórmulas clásicas para sacar a la luz una obra en la que su calidad no tiene nada que envidiar a muchos juegos de grandes multinacionales. Entre este selecto grupo, y además con el añadido de ser gratuíto o freeware, se encuentra 'INFINOS' cuya autoría corre a cargo del grupo asiático Picorinne Soft y su lanzamiento se produjo a principios de este año 2013 para Windows.

En su desarrollo se empapa de elementos vistos en los niveles 2D de Axelay para SNES o en el conocidísimo arcade R-Type de Irem. Así, bajo la forma de un shoot'em up que perfectamente podría pasar, por calidad y puesta en escena, por una entrega para cualquiera de nuestras consolas de 16 bits se presenta esta aventura. 


Compuesto por un total de 6 fases de duración media para el género recorreremos la galaxia a bordo de una nave con un equipamiento variado que se potencia a base de recoger distintas cápsulas. La principal es una esfera doble naranja que una vez conseguida se coloca en la parte delantera y actúa tanto de escudo como aumentando la potencia de fuego con un par de cañones. Además es la base para que el resto de armas funcionen. Recogiendo diferentes power-ups, que se distinguen por su color, se accede a diversos tipos de disparo que van desde mejoras en la cadencia hasta el manejo de lasers pasando por proyectiles que mejoran el campo de acción y destrucción. Por último también existen protecciones que rodean al vehículo protagonista y le confieren una salvaguarda ante un número limitado de impactos.

El devenir de las escenas se hace a través de un suave scroll horizontal. Alterna momentos de tranquilidad con otros mucho más frenéticos en que la pantalla se llenará de peligros de todo tipo debiendo esquivar enemigos, balas y observar el mapeado para ver qué camino seguir para no quedar encerrado. Hay instantes en que llega a parecer casi un "bullet hell", especialmente a partir del cuarto stage, aunque sin perder su seña de identidad.

Al final de cada uno de los niveles espera un jefe que tratará de dificultar todo lo posible el paso al siguiente escenario. Los hay de diferentes tipos pero su principal hándicap es la rigidez de sus acciones que los convierte en predecibles, además de que actúan normalmente con independencia de dónde nos situemos con lo que se intuye que la IA no está demasiado depurada. Aún con todo la calidad de éstos es suficiente para presentar una lucha agradable. Existen desde clásicas naves que lanzan misiles y disparos láser como la de la primera fase, hasta estructuras cuyo núcleo central es vulnerable y se encuentran protegidas por un sistema de defensa móvil en dos alturas (superior e inferior) que perseguirán y atacarán con un rayo vertical a los incautos que osen permanecer inmóviles más de la cuenta, como en el segundo capítulo. Tampoco faltarán embarcaciones que surgirán y se ocultarán en la tierra llevando consigo terremotos y rocas que precisan ser esquivadas. 


Gráficamente es más que correcto. Siguiendo un estilo retro acorde a la época de 16 bits mencionada muestra una estética muy lograda. Pixelado a la vieja usanza, con apropiado uso de la paleta de colores que evoca otras décadas, sin ralentizaciones pese a haber momentos de enorme cantidad de elementos móviles... El motor hace gala de una solidez envidiable. El diseño de los enemigos es imaginativo y heterogéneo, al igual que el de los fondos en los que se aprecian efectos de scroll parallax de forma impecable.

Los efectos de sonido son sencillos, sin apenas destacar sobre el conjunto, al contrario que la banda sonora cuyos cortes brillan al encajar con lo que vemos en el monitor formidablemente. Sintetizadas melodías orquestales junto a efectos de teclados y batería digital podrían pasar sin dificultad por los escuchados en cualquier "shmup" de calidad de los habituales en Turbografx, por ejemplo.

Con un preciso control y un único botón de acción, que puede ser mantenido y que actúa como autofire, solamente habrá de preocuparse el jugador por avanzar y procurar sobrevivir lo más posible. Se cuenta con 3 vidas y 5 continuaciones para hacer frente a todos los episodios. Es un shoot'em up difícil, muy difícil por momentos, con un gradual aumento de las complicaciones a evitar. Se necesita conocer bien el recorrido para no desperdiciar oportunidades a lo loco que en las postrimerías del juego serán echadas de menos. 


Si no eres de los que te frustras con facilidad aquí puedes encontrar horas de diversión una vez te hagas con la mecánica. Es un título muy old-style, en el que jugadores de la vieja escuela se sentirán como en casa. Sin partidas que puedan salvarse, sin infinitos créditos... es todo un reto. Una gran recreación de un espíritu casi perdido dentro de un género que ha optado en los últimos años por otro tipo de situaciones. Recomendado.

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