Polígonos y videojuegos: esa combinación que ahora va de la mano el 90% de las veces en busca del mayor realismo posible. 

Pero hubo un tiempo en que sencillas formas sin apenas tratar, faltas de textura, con escaso moldeado y colorido daban vida a las experiencias más impresionantes que podíamos ver en un arcade o consola. Para las máquinas caseras hubo que echar mano de placas especiales para poder desarrollar obras que plasmaran entornos reconocibles. Los famosos chips FX en Super Nintendo o el SVP en Mega Drive se convirtieron en indispensables vocablos a mediados de la vida de dichos sistemas. 'Starwing', 'Stunt Race FX' y 'Virtua Racing' son los títulos referencia de esta camada para 16 bits, los cuales aún conservo al menos en forma de cartucho suelto.

Para los salones recreativos Sega creó una máquina de carreras cuya sensación de velocidad se alejaba a todo lo visto hasta aquellas fechas. Así, junto a la facción AM2 de la compañía, nace en 1992 'Virtua Racing' con muebles espectaculares tanto para uno como para dos jugadores y efectos de Force Feedback en el volante para sentir como nunca las acciones.


En un contexto en que el concepto de realidad virtual se encontraba en auge, con ideas de todo tipo sobre lo que el futuro depararía en cuanto a tecnología, con el apoyo de películas como "The Lawnmower Man" ("El cortador de césped" por nuestros lares)... es fácil entender por qué la empresa nipona optó por ese nombre, "virtua", para bautizar algunos de sus proyectos basados en cargas poligonales.

Este juego de coches fue precursor de referentes venideros como Ridge Racer o Daytona USA, que dieron mucho que hablar durante la posterior generación de consolas de 32 bits.

Entre una y otra se puede situar a este V. R. Deluxe cuya salida al mercado fue a finales de 1994 como otro de los buques insignia de ese dispositivo potenciador para la 16 bits de Sega conocido como 32X.


Si unos meses antes pudo verse una tremendamente meritoria llegada a la Mega Drive, este Deluxe mejoraba todo lo visto allí para acercarse como nunca al arcade. Añadiendo nuevas opciones de conducción y pistas, además de una significativa evolución gráfica, todo lucía de impresión. 


En cuanto a modos presentaba varios:

  • "Time Attack", en el que arañar décimas a nuestros mejores tiempos podía ser un desafío, además de servir para conocer al dedillo los entornos presentes.
  • Carreras para 2 jugadores simultáneos
  • El modo principal "Virtua Racing", en el que se elige dónde correr tratando de completar 5 vueltas teniendo como objetivo tratar de llegar a los puntos de control a tiempo para extender la partida, además de intentar quedar lo más arriba posible respecto a los rivales. Existen salidas tanto desde boxes como desde la parrilla junto al resto de contendientes.

Existían 3 niveles de dificultad además de la opción de elegir entre cambio de marchas automático o manual. Asimismo ofrece la posibilidad de conducir tres tipos de vehículos diferentes( Fórmula, Stock y Prototipo) cada uno con sus cualidades propias, entre ellas la más palpable es la diferencia en velocidad punta y aceleración. El Stock, al ser el más lento, es perfecto para competir desde el principio e ir familiriazándose con todo. El Prototipo es el más complejo y extremo, quedando el tipo Fórmula como el más equilibrado.


Para hacer frente a los cinco circuitos distintos (Big Forest, Bay Bridge, Acropolis, High Land y Sand Park) se permiten hasta 4 vistas distintas, unas más espectaculares que otras pero todas ellas jugables.

La música solamente está presente durante los menús, y en juego tras la consecución de ciertos objetivos. En carrera lo que más abundan y destacan son los efectos y voces digitalizadas.


Con un control preciso y ajustado y unas cotas de dificultad bien medidas esta entrega divierte y sorprende desde la primera toma de contacto. Alzarse a los puestos top requiere tanto de pericia como de conocimiento de los recorridos, lo que ayuda a que la vida del título aumente. Además el añadido del modo espejo posibilitando recorrer los circuitos de manera inversa contribuye también a esto último.

En definitiva una gran versión de un enorme arcade que si bien a día de hoy puede parecer técnicamente obsoleto jugablemente deja en pañales a gran cantidad de superproducciones actuales.