El ser novedad es un monstruo de 3 cabezas que lo devora todo. Tener un día antes ese juego que es el máximo exponente de lo comercial de la industria es el punto a seguir en el gps de muchísimos gamers. Un hype alimentado inteligentemente durante meses da como resultado tener a buena parte de la comunidad jugona con el alma en vilo esperando, impacientemente, poder acceder a eso que otros dicen ya estar disfrutando.

Cerbero

Nada importa que exista una vida al completo para poder deleitar ese programa. La irracionalidad se impone a la mesura y desde el repudio a los "piratas" por haberle echado el guante antes que otros hasta el clásico "¡ticket, ticket!" con el que presionar a los establecimientos, se entra en una situación en la que todo vale y que resulta hartamente ridícula vista desde fuera.

Sin entrar a valorar la, muchas veces, dudosa calidad de lo ofertado lo cierto es que la pérdida de visión lateral convierte a las masas en entes excesivamente manipulables. Si se limita al ámbito del mundillo en que nos encontramos puede no parecer algo excesivamente pernicioso. Pero el problema es que esa forma de actuar y dejarse llevar por necesidades externas superfluas supone un peligro mucho mayor del, en principio, advertido.

Tácticas de similar calado se aplican, casi sin darnos cuenta, en todo lo que nos rodea. Control del sistema capitalista en que no se deja nada al azar para que nadie trate de quedarse fuera. El "diferente" es peligroso. 


En España, con mayor o menor acierto, sufrimos cada día una notable manipulación llevada a cabo por los medios de comunicación masiva. A base de repetir que lo negro es blanco se logra un mensaje que cala, poco a poco pero sin freno, en todo estrato social. Unos sectores más permeables que otros pero al final, casi sin darnos cuenta, nos encontramos dando vueltas a esa rueda que nos construyen en una jaula cada vez menos imaginaria.

"La información es poder" (Francis Bacon [1561-1626]) y la paciencia una virtud. No seré yo quien dé consejos pero no pongamos las cosas tan fáciles. Que nadie sitúe el acento en lo que debes desear.