Ahora que vuelven a estar de plena actualidad los dinosaurios y todo lo que les envuelve, debido al estreno de la palomitera 'Jurassic World' acompañada de variado merchandising, es buen momento para echar la vista atrás y recordar dos de los títulos más publicitados si de juegos con licencias cinematográficas se trata.

Al igual que con otras grandes producciones, como 'Aladdin' de Disney, las versiones destinadas a las consolas de 16 bits más comerciales de la época diferían mucho una de otra. Así, 'Jurassic Park' para Super Nintendo y Mega Drive no tenían absolutamente nada en común más allá de la nomenclatura y temática.

De los muy diferentes cartuchos que acompañaron a la taquillera película de 1993 el que escribe estas líneas llegó a acumular 3 de ellos, en concreto los de Super Nintendo, Master System y Mega Drive; además adquiridos en ese orden. Jugados y rejugados en multitud de ocasiones mi percepción de los mismos ha variado en el transcurso del tiempo, y creo que es en la madurez cuando mejor se puede reflexionar acerca de las sensaciones que cada uno transmite según la unión de presente y pasado.

Dejando a un lado la recomendable opción 8 bits pasemos al grueso de las de 16 bits, que son las que rivalizaron principalmente en las más de dos décadas pasadas desde su salida.

En la red pueden leerse opiniones muy dispares de ambas no habiendo desde luego consenso entre cuál es superior. Detractores de una y amantes de otra se suceden casi sin fin, poniendo de relieve una vez más que la visión de dos personas sobre un mismo producto puede estar en las antípodas. De acuerdo o no, enfrentar opiniones es para mí uno de los ejercicios más entretenidos cuando de buscar información de contenido "retro" se trata.

Así, como siempre gusta comparar y dar puntos de vista nos preguntamos: ¿cuál es mejor?


Visita guiada por la Gran N.
 
Super Nintendo contó con una arriesgada aventura de proporciones épicas tanto por calidad como por duración; uno de los cartuchos en los que más en falta se echó una pila en la que poder guardar nuestros avances. La primera vez que lo terminé por completo creo que necesité unas 4 horas y media; y para llegar a ese momento hacía falta un dominio muy alto conseguido a través de numerosas intentonas a lo largo del tiempo.


Con todo lujo de detalles se plasmaron las distintas estancias que poblaban Isla Nublar, además con 2 perspectivas muy diferentes: una cenital, dibujada en 2D, para el desarrollo en exteriores y otra en primera persona 3D para los recorridos interiores. La calidad de ambas es ciertamente loable, si bien no es menos cierto que los momentos tridimensionales como si de un FPS se tratase no han envejecido demasiado bien debido a las evidentes limitaciones técnicas. Por su parte los entornos bidimensionales son dignos de admirar, con un colorido acorde al visto en las salas de cine, aunque los sprites enemigos pecan en ocasiones de ser algo pequeños.



La visita al parque, comenzando por la inolvidable voz de bienvenida 'Welcome to Jurassic Park' que precede al inicio de la pista sonora, transcurre entre misiones que llevan al jugador a recorrer la isla de un lado a otro buscando todo tipo de munición, llaves, utensilios y palancas con los que acceder a nuevas zonas. Algo caótico en su primera toma de contacto al ser habitual no tener demasiado claro qué hacer, una vez entendida su mecánica logra despertar de forma creciente el interés. Además, como su dificultad es alta, esta atención por él se mantiene durante un largo período. No es extraño gracias a todo ésto sentir a los mandos, en ocasiones, sensaciones similares a las causadas por los “survival horror”. 


Dinosaurios a lomos de Mega Drive.

La recreación para la 16 bits de Sega es, como se ha dicho, completamente diferente. Así, presenta una puesta en escena más usual optando por los gráficos en dos dimensiones con scroll tanto vertical como horizontal; este último, por cierto, algo brusco.

'Jurassic Park' en Mega Drive tuvo una campaña de marketing brutal apoyada en distintos "logros" técnicos. Doug TenNapel, mente artífice del genial 'Earthworm Jim', lideró al equipo de desarrollo. Sobre el papel (de revistas) o en vídeo nos contaron que el proyecto para trasladar el parque de dinosaurios a la 16 bits de Sega, de 15 meses de duración, fue una tarea de proporciones nunca antes vista; desde las animaciones "asesoradas" por trabajadores que colaboraron en la cinta de Spielberg hasta los modelados 3D de las distintas especies que pululan por la Isla Nublar. Asimismo la característica ADI (Artificial Dinosaur Intelligence) proponía adaptar las reacciones de los extintos animales a los movimientos del jugador bajo el incierto reto de que dos partidas no serían iguales.

Lastimosamente este tipo de detalles se trasladan a la realidad de manera muy distinta a la pomposamente "vendida", como pudimos apreciar en otro de los bombazos de este estilo que fue 'Eternal Champions', también de 1993.



Como juego en sí es un clásico título de acción y plataformas que puede ser disfrutado desde la perspectiva del Dr. Alan Grant o de un Velociraptor. Ambos con sus mapeados propios así como habilidades exclusivas, consiguen que estemos ante todo un 2 en 1. Si bien es más sencillo afrontar la empresa con el dinosaurio, se dispone de passwords para continuar las misiones, aunque no es un título que pueda calificarse como largo. La aventura con el científico hasta lograr escapar de esta jungla consta de 7 niveles mientras que el Raptor ha de recorrer 5 estancias huyendo de la seguridad que ofrece la isla.



Consideraciones finales.

Enfrentándolos he de confesar que la adaptación de Sega es más accesible en un primer momento lo que podría llevar a caer en el, para mí, error de pensar que es "mejor". Gráficamente solvente, alto ritmo de juego, música pegadiza, una intro de calidad... son bazas suficientes para decidir su compra.

Por su parte el cartucho para el "cerebro de la bestia" hay que apreciarlo con más calma para que cale. Pero una vez superado este "escollo" encierra mucho más de lo esperado y es por ello que, en mi modesta opinión, supera en mucho al de Mega Drive.


La accesibilidad del de Sega acaba costando caro, pagando el precio de ser poco profundo. Una dificultad cuestionable, controles que juegan alguna mala pasada y ciertos errores en el diseño de niveles logran frustrar en ocasiones la experiencia. Y es por ello que cuando se difumina la sorpresa inicial el interés por él se diluye como un azucarillo. Ojo que no hablo de un mal conjunto, si bien no es constante en su calidad lo que merma el global resultado final. 

En SNES se deleita con más parsimonia, como sorbitos de buen vino que quedan en el paladar. De dificultad exigente pero ajustada se nota una evolución conforme se dedican horas al mismo. En cada partida se aprende algo nuevo mientras se avanza cada vez hacia puntos más cercanos a la meta. Y, en este trayecto, se disfruta el recorrido tanto como el fin.


Si hubiese que dar una nota numérica creo que 7/10 sería correcto para la entrega de Sega, mientras que en la 16 bits de Nintendo podría elevarse hasta el 8,5/10 sin demasiado género de dudas.

¿De acuerdo con lo expresado? ¿En contra? Cualquier opinión que se desee aportar sobre estos títulos protagonizados por seres que abandonaron nuestro planeta hace 65 millones de años será bienvenida.