'Blood Bros' es una frenética recreativa aparecida en el año 1990 publicada y desarrollada por TAD Corporation para el mercado nipón y europeo, mientras que su publicación en norteamérica se le encargó a Fabtek. Es uno de los pocos exponentes que vieron la luz de la mano de esta compañía: con apenas 5 títulos en su haber demostró dominio arcade gracias a joyas como 'Toki', 'Cabal' o el protagonista de estas líneas.

La acción tiene lugar en el Salvaje Oeste y al mando tendremos a un vaquero o un indio, siendo posible compartir la partida dos jugadores simultáneamente.


La mecánica es simple: acabar con todo lo que se mueva. Para ello contamos con 3 botones: uno para disparar, otro para lanzar bombas y un tercero para esquivar dando volteretas. Con el joystick podemos mover tanto a nuestro personaje como a la mirilla del arma. Si dejamos presionado el botón de disparo nuestro pistolero permanece en el sitio sin poder moverse para así facilitarnos apuntar a cualquier parte de la pantalla. Si se deja de disparar volvemos a tener control completo sobre los movimientos. El objetivo en cada fase es conseguir que el requisito total de enemigos a destruir, representado por la barra "FOE" en la zona inferior de la pantalla de juego, sea alcanzado.

Existen un total de 5 fases (divididas en 4 áreas) teniendo al final de cada una de ellas un enfrentamiento importante con un boss.


Prácticamente todo lo que aparece es susceptible de ser destrozado, desde edificios hasta barriles o montañas. La mayoría de ellos nos recompensarán con distintos bonus ya sea en forma de puntos, armas o bombas. Cuando hoy en día seguimos pidiendo escenarios interactivos que reaccionen a las acciones sobre ellos, este 'Blood Bros' ya mostró varios lustros atrás no sólo que con ingenio todo es posible, sino también la importancia jugable que otorga el disponer del mayor número de elementos posible.

Gráficamente destaca por lograr un efecto de profundidad pseudo 3D muy en línea a lo visto en cuanto a scaling entre los arcades de Sega, estilo del conocido 'Space Harrier'. Para ello juega inteligentemente con distintos tamaños de sprites para simular esa sensación de profundidad. Igualmente la destruccion del entorno está muy bien conseguida al usar una técnica similar para tal fin. 

Jugablemente supone un desafío ya que cuenta con una dificultad muy ajustada para mantenernos en tensión casi desde el primer nivel. Conforme avanzan los escenarios la dificultad va en aumento hasta llegar a momentos con enemigos y proyectiles por todos sitios. Eso sí, gracias a un control muy bien implementado y ágil nos veremos saliendo indemnes de situaciones que parecían imposibles. Es un juego muy adictivo y una experiencia intensa, y sencilla en su planteamiento, perfecta para desetresarnos tras un día duro.

En conclusión, un arcade perfecto para desconectar durante unos minutos de la realidad sin mayores pretensiones que pasar un buen rato libre de historias enrevesadas o búsquedas imposibles: sólo disparar y esquivar.