Si un personaje emblemático ha tenido la máquina de NEC a lo largo de su historia es sin duda Bonk, el simpático cabezón que dió vida a varios títulos grandiosos para ella. Uno de éstos, en que además se aleja de su faceta plataformera más conocida para optar por la forma de un "matamarcianos", es 'Air Zonk' ('PC Denjin Punkic Cyborg' en Japón) cuyo año de salida se sitúa en 1992 de la mano de Hudson Soft. Más adelante, en 1993, llegaría la secuela para PC Engine CD llamada 'Super Air Zonk: Rockabilly-Paradise' que mejora la banda sonora pero incomprensiblemente queda en materia gráfica por debajo del juego protagonista de esta entrada. En 2007 se produjo su llegada para la Consola Virtual de Wii para que nuevas generaciones también pudiesen acercarse a este “shmup”. 


Hechas las presentaciones pasemos al argumento. Se sitúa muchos años después de lo visto en obras anteriores, en un entorno futurista, y en él se encarnará al personaje de Zonk, descendiente de Bonk, quien tras sufrir una transformación en ciborg puede, entre otras cosas, volar.

El malvado Rey Drool ha enviado un ejército de poderosos robots para someter a las gentes y hacer cumplir sus pérfidos planes de conquistar el mundo. Para tratar de impedirlo surge un equipo de guerreros, cuya seña de identidad son las gafas de sol que portan, liderados por Zonk. Combinando sus poderes es posible destruir incluso al más poderoso de los adversarios que Drool tenga pensado enviarles.


Estamos ante un shoot'em up bidimensional de scroll horizontal que sigue fielmente los estándares más conocidos. Durante un total de 5 fases de duración media, con jefes tanto a mitad como a final de cada nivel, se desarrolla la aventura. Cada una se enmarca en un lugar muy concreto como pueda ser un estadio de baseball o una fortaleza con ilustraciones de 'Bonk's Adventure' entre sus fondos. Asimismo los enemigos habituales son variaciones de los vistos en otros capítulos de la serie.

Puede elegirse, al inicio de cada stage, entre diez amigos con sus características propias, para que colaboren con Zonk en su devenir por los escenarios. Éstos, además de servirle de apoyo, con la combinación de items adecuada pueden posibilitar incluso la fusión del protagonista con ellos y, al más puro estilo "Power Rangers", se acaba por manejar un robot con un altísimo poder de destrucción.

Repartidos por el recorrido se encuentran múltiples objetos tanto en forma de power-ups como, sencillamente, de bonificaciones con las que aumentar la puntuación y, en última instancia, conseguir extender el número de vidas. Entre los potenciadores se pueden hallar desde distintos tipos de proyéctiles hasta invencibilidad, pasando por diferentes tamaños para el héroe. Destaca sin duda el que permite lanzar dentaduras a los oponentes, en una muestra clara del sentido del humor de que hace gala la entrega. 


Técnicamente nos encontramos ante un programa notable. Además del impactante colorido gráfico, con una estética casi de dibujos animados, y de los enormes sprites, cuenta con un scroll de pantalla tremendamente suave. Sin parpadeos desagradables y con unos movmientos fluidos de todo lo que se desplaza en nuestro monitor, no cabe más que rendirse ante el sólido trabajo hecho en este campo. En ocasiones se produce alguna ralentización puntual que coincide normalmente con el paso de una secuencia a otra y el posterior cambio en la ambientación de fondo, o con la salida de un rival de gran tamaño.

El sistema de colisiones no está lo suficientemente pulido y puede llegar a jugar alguna mala pasada que ocasione la pérdida de ciertos items o incluso sorprender con algún impacto inesperado sobre nuestro actor principal.

Su apartado sonoro es destacable dada la calidad de la banda sonora. Melodías pegadizas y variadas que casan perfectamente con la línea futurista planteada en la obra y exprimen el limitado chip de sonido hasta sus extremos. Los efectos quedan en un segundo plano sin nada que los haga especiales.


A la hora de tomar los mandos se presentan tres grados de dificultad seleccionables así como la opción de permitir que los robots amigos se elijan de manera automática o manual. Con dos botones de acción, uno para el disparo normal y otro que al mantenerlo pulsado proporciona mayor potencia de fuego, comenzar a disfrutar es prácticamente instantáneo. Todo responde con precisión y rapidez a las órdenes del pad y, con la excepción de lo comentado anteriormente en el tema de la detección de colisiones, nada debería jugarnos malas pasadas más allá de nuestra habilidad. Las complicaciones están bien medidas y solamente a partir de la cuarta fase se aprecia un aumento algo considerable en los embrollos a superar.

'Air Zonk' es, sin duda, un título muy divertido. La enorme variedad de armamento disponible gracias a las posibilidades ofrecidas por el número de "escuderos" es una de sus bazas. Comprobar cuáles son los combos más destructivos o que mejor se adapten a nuestro estilo puede alargar la vida de esta tarjeta. Ello lo convierte en muy rejugable pese a que a veces peque de monótono, en parte por la fijeza estructural de todos los trayectos. Probablemente éste sea su gran hándicap ya que no se arriesgó apenas en buscar sorpresas en los recorridos dejando recaer toda la brillantez sobre los hombros del carismático protagonista. Con un poco más de cuidado podríamos haber estado ante uno de los referentes no solamente para la máquina de NEC sino del género en la era de 8/16 bits.