¿Qué hace que en un género, en principio simple como el de los beat'em up, existan joyas que superan el paso del tiempo sin disminuir su brillantez y, a la vez, otras sean odas al aburrimiento y la repetición?

En los "yo contra el barrio" es sencillo caer en las mismas fórmulas sin apenas variar entregando un producto en demasiadas ocasiones mediocre. Unos cuantos movimientos de ataque, un número de oponentes con los que acabar para poder seguir avanzando en una fase y, terminar la misma, con un jefe final.

Son infinitos los títulos que se encuadran en esa estructura pero los auténticamente imprescindibles e imperdibles son apenas unos cuantos. Y uno de ellos es precisamente el que ocupa esta entrada.

'Cadillacs and Dinosaurs' es, tras 'Final Fight', el arcade de este tipo al que más monedas destiné. La magnífica mano de Capcom se nota en esta obra que, siendo tres años posterior a la de Guy, Cody y Haggar, supo ir más allá de ésta para lograr una personalidad propia muy diferente.



Lanzado en 1992 la introducción de dinosaurios en el recorrido unido a que muchos de ellos presentan un tamaño de sprites gigantesco dotaba de gran espectacularidad a la recreativa. Aunque pensada hasta para 3 jugadores simultáneos, y con 4 personajes distintos a seleccionar, he de confesar que nunca encontré de forma física una máquina que lo permitiese y no fue hasta varios años después, gracias a los emuladores y a la primera Xbox, que pude disfrutar de esa característica junto a dos amigos.

Para mí, hablar de "C & D" es hacerlo de carisma y diversión a partes iguales. Amparado en un control preciso e intuitivo consigue un dinamismo no habitual en el género gracias, en mi opinión, a dos puntales fundamentales: la capacidad de carrera de los protagonistas y las abundantes armas repartidas a lo largo y ancho de los escenarios. Además el planteamiento de los recorridos está pensado para no permanecer demasiado tiempo en el mismo sitio. Terminar con los rivales y avanzar tras el clásico "Go! Go! Go!", tanto en voz como en mensaje, induce a tratar de llevar a cabo las acciones sin dilación. Múltiples ataques son posibles a alta velocidad y en salto lo que asociado a los especiales otorga una enorme capacidad de destrucción. Mención aparte para la ofensiva combinada haciendo uso de más de un jugador.



Bajo una estética muy de cómic, con bocadillos representando onomatopeyas de los golpes, y ambientado en un futuro postapocalíptico (no en vano se basa en el cómic XenozoicTales) cuenta con un sobresaliente apartado técnico. Melodías de calidad con magníficas composiciones en las que, para mí, destacan las guitarras eléctricas. Éstas además se prestan a covers metaleros que les vienen que ni pintados. Gráficamente, ligado a los enormes sprites ya mencionados al comienzo, impresiona el abundante colorido y la tremenda animación de todo lo que se mueve en pantalla. Además la suavidad del scroll le da un punto más a la hora de brillar como conjunto. En el monitor pueden aparecer al mismo tiempo un número de enemigos muy alto sin que se resienta la acción con ralentizaciones de ningún tipo, lo que demuestra el gran trabajo de optimización hecho ya que no debemos olvidar que este programa corre sobre la entonces ya veterana placa CPS-1, fechada en 1988.

La humanidad ha estado viviendo en el subsuelo debido a una serie de catástrofes naturales y, tras 600 años bajo tierra, al salir a la superficie encuentran que los dinosaurios están de nuevo campando a sus anchas. La historia cuenta que un grupo conocido como los "Mercaderes Oscuros", formado por punkis y moteros que podrían haber salido de Mad Max, cazan y matan a los dinosaurios para conseguir dinero. Éstos se están enfureciendo y han empezado a atacar a todo aquél al que ven. Y en la búsqueda de saber por qué está ocurriendo todo este asunto y quién se encuentra detrás de estos extraños sucesos comienza la aventura.



Entre las 8 zonas de que se compone encontramos una enorme variedad de situaciones siendo una de las más icónicas la de conducción del tercer acto, "Hell Road" (Carretera Infernal) en que a bordo de un Cadillac arrasaremos decenas de punkis mostrando estilo, chulería y clase. Selvas, laboratorios, interior de edificios, calles de ciudades...muchos serán los parajes por los que discurrirán nuestros pasos hasta dar con el Dr. Simon Fessenden culpable de los experimentos y mutaciones vistos a lo largo de la odisea vivida.



Sin duda los mejores momentos son las luchas con ciertos bosses. Como preámbulo de las mismas habrá conversaciones con ellos para caldear el ambiente. La más representativa para mí es la que tiene lugar al final del segundo capítulo, "Swamp Forest", ante "The Butcher", todo un sanguinario con dos enormes espadas y una capacidad de salto endiablada. Además contará con la ayuda de muchísimos oponentes que harán acto de presencia poco a poco dando lugar a una disputa épica. También la pelea con "Vice T." al término del primer mapeado y su forma de azotar y violentar al velociraptor que tiene como mascota supongo que es un instante recordado por todos. Ese tipo de detalles terminan diferenciando a un éxito de una obra del montón.

Ah y no quiero pasar por alto a "Bludge", ese enemigo que parece Blanka de Street Fighter en un claro guiño al juego emblema de la compañía. Y aún contando con un papel secundario en este título, su inserción fue un puntazo.



Personalmente, y pese a parecerme al completo magnífico, creo que la segunda mitad posee menos calidad que lo apreciado en las primeras fases. Los últimos stages siempre se me han hecho un poco tediosos contrastando con el resto tanto en diseño como en situaciones. Probablemente un par de escenas menos le habrían sentado incluso mejor aún a riesgo de que, entonces, pudiese pecar de algo corta la aventura. Condensar los últimos 3 ò 4 niveles en únicamente 2 le habría dado, para mí, un toque más hacia la perfección.

La dificultad de este beat'em up está perfectamente ajustada. Quizá al final se le vaya un poco la mano con algunos jefes que cuestan bastante si se juega solo pero visto de manera global está correctamente medida para ser un arcade de los 90. No es el clásico devoramonedas y con cinco duros se podía estar un buen rato entretenido.

En fin, una maravilla que a día de hoy sigue siendo tan excelente como el primer día. Capcom demostró nuevamente su dominio sobre los brawler, siendo para mí la número 1 en ese campo sin querer desmerecer a otras como Konami. Y poco importa que este género actualmente casi no exista como tal y esté prácticamente desaparecido si podemos seguir echando partidas a joyas de este calibre.