Si hace unos días comentaba la versión PC Engine CD de Castlevania y lo colocaba como mi segundo título favorito de la saga, hoy, aún a riesgo de parecer veleta, creo que mi top de entre los numerosos ejemplares de los cazadores de vampiros se ha visto alterado sustancialmente tras acabar por completo la aventura de la que versa esta entrada: Akumajō Dracula para esa increíble máquina que es la Sharp X68000.

Estamos en 1993 y se ve que Konami se encontraba deseosa de dar rienda suelta a su sed vampírica ya que esta versión para el ordenador de Sharp, que nunca salió de Japón, comparte año de salida con el magnífico juego que apareció para la consola de NEC.


Tomando como pretexto la historia del primero para NES de 1986 la compañía de software nipona se marca un titulazo a medio camino entre el remake y el deseo de hacer algo completamente nuevo, lo que da lugar a la versión que nos ocupa. Compartiendo los hechos acaecidos en el primer Castlevania y tomando como protagonista al cazador de vampiros Simon Belmont en su persecución del maligno Drácula se nos invita a una revisión completa de aquel notable Castlevania para la 8 bits de Nintendo.

El primer nivel sigue la senda casi paso por paso de lo visto 7 años antes pero, tras este homenaje, se perfila un desarrollo absolutamente diferente en el que únicamente el parecido a través de ciertos nexos de la historia son los que nos recuerdan qué base han tomado para dar lugar a la maravilla que estamos jugando. 


Los 16 bits del X68000 encerraban una potencia superior a la de máquinas del mismo corte, probablemente sólo Neo Geo estuviese a un nivel tan alto, y para este Akumajou Dracula deseaban dejar muy a las claras ese aspecto. Técnicamente el título es impecable y sorprendente con un colorido acertadísimo, escenarios repletos de detalles, enemigos de enorme tamaño, efectos de deformación, luces, destrucción del entorno (los efectos del fuego, con la aventura bien avanzada, son algo pocas veces visto con tales cotas de calidad) y hasta un gusto por la estética sorprendente cuanto menos. Mención aparte para la magistral banda sonora, con unos efectos orquestales que nos hacen olvidarnos que hablamos de un juego cuyo soporte son 2 exiguos discos (floppy) y unas melodías variadas y dignas de ser escuchadas una y mil veces. Sobre ésto, tras realizar la primera carga, se nos invita a elegir qué módulos de sonido queremos que se encarguen de ese apartado siendo las opciones el sintetizador interno Yamaha YM2151 FM, el Roland LA (MT-32, CM-32L, CM-64) o el Roland GS MIDI (SC-55, SC-33, SC-155, CM-300, CM-500), lo cual se verá posteriormente reflejado en ciertos matices ya que dependiendo de la elección se hace mayor hincapié en unos elementos sonoros o en otros. Siempre rayando a gran nivel, eso sí.

Sobre un total de 24 zonas, con 8 fases de 3 escenas cada una, visitaremos enormes estancias de un grandioso castillo el cual acabaremos por recorrer de arriba a abajo. Desde los aposentos de Dracula hasta inclusive sótanos y alcantarillas verán nuestro deambular dentro de esta aventura lineal siguiendo el más clásico de los estilos, lejos de los posteriores "metroidvanias". 


El control de Simon Belmont es sencillo, ágil y preciso. Cuenta con la opción de poder hacer uso del mítico látigo Vampire Killer en todas direcciones excepto hacia arriba. Al menos lo que esté a nuestros piés puede ser destrozado sin miramientos. Junto a nuestra arma básica que puede ser potenciada con la recogida de power-ups también tendremos una variada oferta de armas secundarias, típicas de la serie, con hachas, cuchillos, hierbas medicinales, botes incendiarios... y, por supuesto, corazones para que el uso de estas armas sea continuado.

Sus cotas de dificultad me han parecido muy ajustadas si bien, sea porque últimamente he terminado varios Castlevania de este tipo o por cualquier otro motivo, a mí se me ha hecho un pelín fácil o, al menos, más sencillo que la versión PC Engine CD y similar en este aspecto a Super Castlevania IV de SNES. La duración es correcta y, tras concluir los 24 escenarios y ver la escena final, el juego nos permite recorrer nuevamente el castillo con mayores complicaciones renombrando los niveles (el primer stage es el 25, el segundo el 26, etc). 


No fue hasta varios años después, concretamente en 2001, cuando dió su salto a la escena mundial con la aparición de Castlevania Chronicles para PSX en un disco que incorparaba el original tal cual pudo disfrutarse en el Motorola 68000 y otra versión mejorada y con ciertos añadidos denominada "Arrange Mode".

Para concluir volver al punto primero del análisis y es que la majestuosidad de esta obra me lleva a querer situarlo por delante del magnífico Rondo of Blood y muy cerquita del tremendo Symphony of The Night. Una obra maestra que no salió de Japón, al igual que la máquina sobre la que corre, y que todo fan de los videojuegos debería probar sin más dilación si no lo ha hecho ya. Recomendadísimo.