Tras llevar cuatro años en vigencia la franquicia Ninja Gaiden/Shadow Warriors Sega adquiere la licencia de Tecmo para poder realizar una adaptación de las andanzas del ninja Ryu Hayabusa, la cual aparece para Master System en 1992.

Tanto la trama como el juego son independientes de los creados hasta ese momento tanto en versiones arcade como en máquinas domésticas. Además como curiosidad esta obra aparece en territorios PAL bajo la denominación Ninja Gaiden hasta entonces reservada para el mercado NTSC.


El argumento de este capítulo se basa en las andanzas de Ryu Hayabusa, miembro del clan Ninja Dragon, que ha protegido Japón durante varias generaciones. Al recibir un mensaje con la noticia de que el enclave de su clan ha sido masacrado decide investigar lo ocurrido. En su vuelta descubre que todos los miembros del pueblo han sido asesinados excepto uno, el cual le cuenta antes de expirar que el manuscrito sagrado Bushido ha sido robado. Revelación terrible ya que el poder del mismo es tal que puede contribuir al dominio del mundo para aquel que lo posea. Así, el protagonista se lanza en la búsqueda de este manuscrito.

Técnicamente muestra un nivel medio dentro del catálogo de Master System. En cuanto a gráficos destaca poderosamente la suavidad y velocidad del scroll de pantalla junto con el colorido. Los sprites son detallados pero adolecen de ser excesivamente pequeños, tanto  el personaje principal como los oponentes habituales y los jefes de final de fase. Los escenarios son variados y muy diferentes entre sí. 

La música cumple con ciertos altibajos de calidad entre las distintas melodías. Eso sí, hay composiciones realizadas de forma sobresaliente siendo una de mis favoritas la que acompaña la acción durante el primer acto.


A través de 8 niveles repletos de saltos y enemigos, al final de los cuales espera un boss, Ryu hará gala de un ágil control y de una cantidad de movimientos superior a la acostumbrada en los títulos de NES simplificando algunas acciones como rebotar en los muros o colgarse de salientes, lo que dota a esta entrega de un dinamismo mayor. También se incluye un alto número de magias (pulsando los 2 botones a la vez) y elementos arrojadizos (pulsando arriba+botón de ataque) que van desde crear bolas de fuego a lanzar shurikens de distintos tipos.

De duración adecuada para un arcade de acción y plataformas, cuenta con un grado de dificultad medio-alto ya que es preciso conocer las rutinas de enemigos y jefes para acabar la aventura sin excesivos sobresaltos. Aún así no es en ningún momento frustante como pasaba con juegos de la saga aparecidos para la 8 bits de Nintendo. Como dato negativo mencionar que los bosses finales son un tanto simples en sus ataques y por ellos se les nota faltos de carisma.

Incomprensiblemente la revista referencia del sector en nuestro país en aquellos momentos, Hobby Consolas, valoró este Ninja Gaiden de manera completamente injusta (si la memoria no me falla algo así como un 60/100 cuando precisamente era una publicación caracterizada por sus notas altas a casi cualquier cosa). Otras como las británicas Sega Force (no dudó en cascarle un 90%) y Sega Pro (88%) ortogaron puntuaciones más cercanas a la realidad bajo mi punto de vista.

Divertido de principio a fin es capaz de asombrar al jugador una vez se domina, pudiendo ser verdaderamente espectacular observar los recorridos durante las fases si éstos se realizan vivamente. Encadenar acciones como apoyos en muros junto a saltos entre pequeñas plataformas mientras se acaba con los rivales que salen al paso es tremendamente satisfactorio.

Para concluir dejo una imagen de la publicidad de la época: