Un año después de la aparición en los salones recreativos de Enduro Racer (del cual escribí ayer acerca de su versión para ZX Spectrum) Sega quería mantener la fórmula que le había dado éxito y, manteniendo el binomio juego de motos+manillar para el manejo, opta por dar salida a Super Hang On en 1987, esta vez centrada en una disciplina de motociclismo más clásica. Para esta ocasión se nos insta a recorrer distintas carreteras del mundo a toda velocidad sobre una potentísima montura capaz de alcanzar velocidades vertiginosas y que premia la conducción delicada. Con un sistema clásico basado en superar etapas en un tiempo límite para alcanzar los puntos de control con los que extender la duración de la partida resultaba muy adictivo.

De nuevo, en base al éxito, son proclives las apariciones de versiones domésticas para máquinas de todo tipo, unas más acertadas que otras: Amiga, Atari ST, C64, CPC o Master System, además de las protagonistas de este artículo.

Dos de las mejores interpretaciones que se hicieron del original para sistemas domésticos son, sin duda, las aparecidas en 1989 tanto para ZX Spectrum como para la por entonces novedosa Sega Megadrive. Aunque sería un tanto descabellado comparar juegos de 2 máquinas tan dispares en potencia la verdad es que, en este caso, no lo es tanto debido al buen hacer de Electric Dreams para el microordenador de Sinclair que deja en gran lugar a su conversión.



Megadrive: Sega se encargó personalmente de realizar este port ya que necesitaba de referentes arcade con los que dar a conocer a su máquina de 16 bits. Consiguió una copia muy fiel al original técnicamente cuyo único lunar es una sensación de velocidad algo menor a la vista en los salones. Al planteamiento visto en la máquina recreativa de cuatro recorridos divididos por dificultad con un número ascendente de etapas, le sumó el denominado “Original Mode”, una especie de modo historia que nos lleva a entrar en una competición con una moto muy limitada a la cual se le irán incorporando mejoras conforme se avance en la trama. Personalmente nunca me convenció en exceso ese modo añadido del cual, como anécdota, me gustaría recordar su nefasto sistema de passwords que por su descomunal tamaño de 24 caracteres se hacían tremendamente tediosos tanto para copiarlos como para aplicarlos.


ZX Spectrum: La conversión, en este caso, corrió a cargo de Electric Dreams como anteriormente he mencionado. Con el precedente de Enduro Racer visto en la máquina de Sinclair, y siendo el referente más claro con el que compararlo, las expectativas estaban por todo lo alto ya que el hardware de este veterano microordenador de 8 bits había demostrado que era capaz de albergar arcades de conducción muy dignamente. Se respetó el formato del original por completo siendo capaz de dar cabida a los cuatro recorridos distintos sin recortar las pistas en ninguno de ellos. Disfrutar de las 48 etapas era un hito y E. Dreams fue capaz de conseguirlo. Si bien el colorido de la obra es mayor al visto en Enduro Racer el scroll de pantalla es menos suave. El sistema de colisiones está algo peor implementado y el control resulta algo más “duro”. Todo ello junto con unos oponentes más agresivos a los vistos, por ejemplo, en la versión para la consola de 16 bits se traduce en una dificultad bastante alta. El no recortar en escenarios debía notarse por algún sitio y era muy complicado mantener una factura técnica similar a la de Enduro Racer sin limitar el número de etapas. Aún así el conjunto no desmerece en absoluto y fácilmente puede decirse que es otro de los arcades más conseguidos en la larga historia del ZX.


Conclusiones.

Este título demuestra que no hay imposibles y que con inteligencia y buen hacer se puede empujar a un hardware hasta más allá de los límites en principio previstos. El Spectrum ha sido buena prueba de ello con muchísimos ejemplos de este tipo con los que contentar a generaciones pasadas a base de usar sabiamente los recursos disponibles.


La versión de Megadrive es también un notable acercamiento al original, máxime teniendo en cuenta que fue un título prácticamente de primera hornada cuando todavía era novedoso programar para ella.

Si hubiese que dar nota, ambas versiones sacarían puntuaciones similares vistas en el contexto de la potencia con que se contaba para cada una.