Introducción.

Si bien el cine de animación de Disney hace años que apenas me atrae he de confesar que hay dos películas que siempre me han parecido obras maestras: 'El Rey León' y 'Aladdín'. Desde sus cuidados dibujos hasta sus magníficas bandas sonoras, además de una historia con mayor trasfondo del que se le presupone a un producto dirigido a niños, están elaboradas con un mimo que por más que pasen los años no pierden un ápice de su calidad.

En 1992 asistimos al estreno del largometraje protagonizado por el ladronzuelo de Agrabah basado en el clásico cuento "Aladino y la lámpara maravillosa". Su toque de humor unido al carisma de los principales intérpretes convirtieron a la cinta en un éxito instantáneo. Imposible no entusiasmarse con Abú o Genio.



Cómo no, los productos basados en el filme no se hicieron esperar y así surgieron distintos videojuegos para múltiples sistemas. La mayoría siguiendo fielmente el argumento visto en las salas y, también como nexo común, unas cotas de calidad nada despreciables. Mega Drive, Master System, Game Gear... y la entrega que nos ocupa para Super Nintendo.

Dibujos animados en tu SNES.

Sé que pese a ser conocida no se la considera en la mayoría de círculos la mejor adaptación, corriendo con ese honor la versión para la 16 bits de Sega. Pero no por ello deja de ser uno de los cartuchos del "cerebro de la bestia" que en mayor número de ocasiones he terminado, ya que jugablemente me resulta una delicia tanto por su excelente apartado técnico como por su preciso control.


Capcom, encargada del traslado de la licencia a los circuitos de la SNES, apostó para 1993 por realizar una obra enmarcada en el género plataformero más puro. Exceptuando ciertos enfrentamientos ante jefes finales y algunos viajes en alfombra mágica, casi todo el peso recae sobre los saltos y su concatenación para concluir con éxito los tramos y retos propuestos. Únicamente para ayudarse un poco en su tránsito el joven Aladdín cuenta con manzanas con las que aturdir a sus oponentes y una innata agilidad para agarrarse a distintos salientes.

Las 8 fases por las que discurre la historia hasta tratar de salvar a la princesa Jasmine no son largas aunque no por ello dejaron de incluir un sistema de passwords con el que poder continuar la partida desde aquella en que el jugador se hubiese quedado. Útil para revivir esos momentos que más puedan haber gustado a los mandos.

Pros y contras.

Como ocurre en la adaptación para Master System el principal inconveniente del título es su escasa dificultad. Recuerdo haberlo alquilado y, en la primera partida, concluirlo. Acostumbrado a juegos que destacaban por todo lo contrario como 'Bart vs The Space Mutants' (en Sega 8 bits) o 'Prince of Persia' (en la 16 bits de Nintendo) este cartucho me resultó un paseo en su momento. Pero un paseo divertidísimo.



A unos gráficos de relumbrón con un colorido en tonos pastel se unen animaciones de fluidez exquisita, que vistos de manera aislada (no quiero comparar con otras versiones) logran un conjunto de detalle y elegancia del más alto nivel. El cuarto stage que transcurre en el interior de la lámpara (que por cierto es una de las licencias argumentales que se toman) es uno de los más bonitos jamás vistos en esta época.

La música deslumbra con la recreación fiel de las más conocidas melodías de la película. El chip de sonido de SNES creado por Sony (SPC700) como siempre en su magnífica línea.



La exactitud con la que el personaje responde a nuestras órdenes es otro de los puntos fuertes de la entrega. Por ejemplo la huída de "La Cueva de las Maravillas" (tercer escenario) no hubiese sido la misma sin esa agilidad que otorga el control.

Conclusiones.

Con el tiempo ha ido creciendo en mí el sentimiento de que este 'Aladdin' tenía más encerrado de lo que a simple vista parecía. Cuando echo la vista atrás sé que el trayecto hasta terminar con Jaffar aquí fue uno de los momentos que más disfruté durante la época de las 16 bits. Ello hace que cada cierto tiempo me apetezca rememorar esos instantes gracias a una jugabilidad que aún hoy se mantiene fresca. No será el mejor de su género pero posee algo que lo convierte en especial en la opinión, humilde, del que redacta esta entrada.