Cuando recordamos arcades clásicos uno de los que se nos viene a la memoria a la inmensa mayoría es aquel de unos dragones que acababan con sus enemigos a base de lanzarles burbujas, ese con una de las melodías más pegadizas e inconfundibles, esa maravilla adictiva llamada Bubble Bobble.

Creado por Taito en 1986, y siendo un éxito absoluto nada más aparecer, no tardaría mucho tiempo en pisar los sistemas de entretenimiento doméstico con visitas a consolas y microordenadores de todo tipo.

Fue 1987 el año elegido para adaptarlo a la segunda generación de MSX en una de las mejores, más meritorias y fieles conversiones de las muchas que se realizaron. Manteniendo lo visto en los salones casi de manera exacta fue una de las grandes sorpresas con las que deleitó Taito a los usuarios de los 8 bits de MSX2. 


Cien escenarios, dos jugadores simultáneos, nivel de dificultad ajustado, los siete tipos de enemigos distintos, suavidad de movimientos, control preciso... Todas las características básicas que lo habían encumbrado se conservaban en este cartucho para el microordenador.

Gráficamente mantiene el tipo según lo visto en la recreativa. En la clásica pantalla estática donde se mostraba la acción, surgen con un alto grado de detalle sprites de personajes y enemigos sin ralentizaciones o parpadeos molestos. Todo fluye de manera natural, sólido como una roca y con abundante colorido.

En su apartado sonoro, pese a ser reconocibles sin problemas las clásicas melodías, se aprecian recortes debido al hardware en que nos movemos pero, aún así, todo raya a nivel aceptable. 


La jugabilidad, aspecto clave en el éxito de la obra, se conserva intacta. Superar áreas junto a un amigo encerrando en pompas a los enemigos hasta hacer desaparecer al último de ellos para poder continuar hasta el siguiente punto es tan divertido que siempre. Al igual que en la máquina existe la opción de mover las burbujas sin que éstas se rompan al menor contacto (como ocurre en otras conversiones menos afortunadas) lo que habla muy a las claras de la fidelidad del port. Nuestros dragoncitos responden a las órdenes del teclado o joystick de forma ágil y directa. Se cuenta con el aliado de continuaciones infinitas lo que, sin duda, ayuda a que muchos puedan ver las 100 zonas al completo que forman el título.

Es todo un gusto poder rememorar uno de los mejores y más conocidos arcades en un hardware tan carismático como el de MSX y que la experiencia no se resienta en prácticamente ningún aspecto respecto al original. Un 10 para Taito por una adaptación tan excelsa.