Cuando las multinacionales ven que una sección del mercado no la pueden controlar recurren a calificativos y debates absurdos con tal de dar explicaciones sobre algo que nadie les ha pedido.

Avalanche Studios dice, por boca de Christopher Sundberg, que hay un problema con la segunda mano debido a que los juegos son cortos y carentes de interés para rejugarlos.

Puntualicemos: el mercado de segunda mano NO es un problema. Que un usuario haga con un artículo que ha comprado lo que le venga en gana, siempre enmarcado en la legalidad por supuesto, es lícito y legítimo. El problema es querer controlar todo para que siempre saquen tajada los mismos a costa, por supuesto, de "su" cliente.

Sobre la otra parte... (que no es que precisamente haya descubierto la pólvora este buen hombre) llamad a las cosas por su nombre: la inmensa mayoría de juegos actuales son malos, pero porque así lo habéis querido entre todos. Un modelo de negocio basado en usar, tirar y pasar a algo "nuevo" es imposible de mantener. El aumento de títulos de segunda mano es consecuencia directa de esta estructura sustentada prácticamente en el aire. Una burbuja que, cómo no, había de explotar por algún sitio.

Pero han sido rápidos los que dirigen el cotarro en tapar huecos y para la próxima generación de consolas no desean dejar nada al azar. Todo atado y bien atado para que desde el primer hasta el último día sean las compañías las que decidan los precios "justos" y nunca más el usuario final tenga derecho a retractarse de una compra tratando de darle salida para poder recuperar parte de su inversión. Trasladar, con calzador, el modelo de descargas digitales al formato físico para coartar las acciones de aquellos incautos que aún piensan que pintan algo en esta industria más allá del acto de soltar la pasta.
Eso sí, de autocrítica ni flowers. A seguir sacando esas mismas obras interactivas de 8-10 horas de vida disfrazadas de última tecnología pero sin alma. Una tras otra, como una cadena de producción que no puede parar. Y en cuanto se intuye que algo pueda tener el más mínimo éxito... a explotarlo a DLC's como si no hubiese mañana: mapas, vestidos, armas de colores, capítulos extra metidos con calzador, fases y modos segados al original, personajes prescindibles... todo vale con tal de arañar algunos $ más.

¿Rejugar? No, gracias. Tras crear una endeble propuesta de "retos", denominados logros o trofeos según la plataforma, en la que invitar al jugador a realizar las más absurdas tareas para aumentar su ego virtual y, de paso, enmascarar el poco interés que posee lo que está jugando, han visto que ese sistema ya no da más de sí. Y sin artificios de este tipo las carencias salen a flote mucho antes.

Lo más triste es que en una época con miles de maneras de acceder a la información, con infinitas posibilidades de conocer lo que se cuece a través de videos, análisis, demos... la gran mayoría de gente tropieza una y mil veces en la misma piedra. No estamos en los años en que una portada podía ser suficiente para dejarse llevar y compar un juego. Ahora se conocen previamente hasta cuántas hojas se mueven en el árbol más escondido, por lo que la decepción no es achacable más que a la ingenuidad, siendo benévolos.

Señores que no nos tomen el pelo. Estamos hartos de que siempre vencedores y vencidos sean los mismos. Aún estamos a tiempo de cambiar entre todos la situación y mostrar cuán equivocados se encuentran los que promulgan revoluciones que sólo sirven para limitar aún más el campo de actuación del que religiosamente mantiene este tinglado vivo. Que dejen de coartar libertades o en breve, tras pagar 600€ por una máquina y 70€ por un título, habrá que fichar con un escáner de retina que nos dé el apto para divertirnos durante un rato. Surrealista a lo que estamos llegando.