Uno de los fenómenos mediáticos más importantes de mediados y finales de los 80 y principios de los 90 fue el de las Tortugas Ninja Mutantes Adolescentes.

Surgidas del cómic muchos las conocimos a través de la serie de animación realizada a partir de 1987. Las aventuras por la ciudad de Nueva York de las cuatro tortugas (Donatello, Michelangelo, Raphael y Leonardo) junto a la reportera Abril (April) y al Maestro Astilla (Splinter) en su lucha contra El Clan del Pie y Shredder eran todo un éxito.



Apoyadas por una fuerte campaña de marketing en prensa y televisión rápidamente se hicieron conocidas por niños y mayores. Juguetes, ediciones en video, películas de cine y, cómo no, videojuegos.



Probablemente casi todos estemos de acuerdo en que el arcade de Konami de 1989 que permitía dar rienda suelta a la sed de lucha de hasta 4 jugadores, y en el que cada uno podía emular a su personaje favorito (el mío era Michelangelo, siempre me han atraído los nunchakus), surgió en el momento justo para aumentar exponencialmente la popularidad de estas tortugas mutantes en un campo en el que aún no se habían introducido. De indudable calidad y con una magnífica capacidad de diversión no tardó demasiado en llegar la versión doméstica de la misma. Y, por una vez, puede que esa adaptación mejorase incluso a la todopoderosa recreativa.


Pantalla de selección

Así, en el año 1990, sale para NES 'Teenage Mutant Hero Turtles II: The Arcade Game'. La conversión es tremendamente fiel a la máquina de monedas y, desde el primer instante, es fácilmente reconocible por cualquier asiduo a los salones de la época. Gráficamente se nota el menor tamaño de sprites pero el resto sigue prácticamente intacto. Pese a conservar a las 4 protagonistas en esta ocasión "sólo" puede echarse mano de 2 de ellas de manera simultánea en un recorte entendible dada la capacidad técnica de la consola en que se mueve.


Shogun y Tora

Ahora bien, una vez se profundiza en la obra empieza a verse que lo que en principio podía parecer una versión recortada es una errónea percepción. La inclusión de dos niveles nuevos con flamantes rivales y los jefes Tora (una especie de perro con bastante mala leche) y Shogun (un samurai robótico) fue una agradable sorpresa. Con ellos se rehace el comienzo del tercer capítulo y se crea al completo lo que sería el sexto. Además la mayoría de los escenarios del arcade han sido extendidos y aumentados en el cartucho para la veterana de Nintendo dando lugar a un juego más largo y completo. También la segunda mitad del tercer stage, ubicada en un aparcamiento, reemplaza la batalla final con Bebop y Rocoso (Rocksteady) por una lucha ante el Doctor Baxter Stockman , en su forma de mosca mutante.


Baxter Stockman

El recorrido al completo consta de 7 fases en las que se ve un amplio muestrario de los oponentes más conocidos de las tortugas. Prácticamente no falta nadie y, por supuesto, la batalla final ante Shredder no decepciona en absoluto.

Un control preciso y rápido en el que con dos botones, salto y ataque, se desarrollan todas las capacidades ofensivas contribuye al dinamismo general del título. Con una dificultad tirando a alta avanzar es un reto que gustosamente se acepta y, especialmente con la ayuda de un amigo a los mandos del segundo puerto, se puede llegar muy lejos una vez empieza a conocerse la mecánica de la entrega. Sus 3 únicas continuaciones y el recomenzar al comienzo del período en que se perdieron las vidas lo torna un desafío. Como en muchos otros la práctica hace al maestro y dominar este beat'em up es cuestión de tiempo y habilidad.



Técnicamente destaca por sus melodías, perfectamente reconocibles de la serie de tv, y por el suave scroll junto a sus detallados y coloridos gráficos. Únicamente el parpadeo de sprites evita la excelencia completa en este apartado.

En conclusión estamos ante uno de los mejores trabajos jamás hechos para la Nintendo 8 bits que además llegó justo en el instante indicado. Un éxito de ventas y crítica que supo trasladar uno de los arcades más jugados del momento al entorno doméstico ganando en el camino varios añadidos que lo convierten, incluso, en un mejor juego. ¡Cowabunga!