Mitad hombre, mitad animal. Todo bestia.

Zeus nos revive con el egoísta propósito de que su hija, Atenea, sea rescatada de las garras de un poderoso hechicero conocido como Neff. Sin ni siquiera tiempo a pensar en lo encomendado da comienzo este 'Altered Beast', arcade de Sega de 1988, compuesto de 5 fases con un objetivo muy claro en cada una de ellas: conseguir 3 power-ups de los cerberos que aparecen para dar rienda suelta al poder máximo de que dispone el protagonista. Con ellos se desata la clásica escena de corte, que todos seguro conocemos por su espectacularidad, en que se produce el paso de humano a animal.


Mezcla de plataformas y beat'em up, y con un scroll de pantalla automático, se desarrolla una de las recreativas más conflictivas entre los gustos de muchos amantes de los juegos clásicos. He conocido casi a partes iguales tanto detractores como amantes de la misma. Personalmente es un título que de primeras no me agradó pero que profundizando en él y en sus mecánicas he acabado encontrándole el punto.


Cada nivel consta de un camino prefijado por el que llegar hasta el boss final del mismo, que por cierto no es más que una encarnación del maléfico mago que posee secuestrada a la descendiente del dios Zeus. Para poder disputar esa lucha al término de cada escenario es imprescindible haber adquirido las esferas espirituales para lograr la completa transformación en una de las bestias disponibles. En el mapeado irán apareciendo entre los diferentes contrincantes unos con forma de cerbero de dos cabezas (fáciles de reconocer ya que brillan) y que, al ser eliminados, sueltan uno de los potenciadores a reunir. En caso de no haber logrado al primer intento todos esos orbes el recorrido continúa hasta al fin obtener los tres. En cada capítulo esta morfosis varía si bien las de los stages primero y último son exactamente la misma con una variación de color. Dragón, lobo u oso son algunas de las apariencias que veremos.


Adoptando la morfología de esa bestia se adquieren diferentes poderes como volar, realizar bolas de fuego, patadas aéreas... y, al fin, puede pelearse ante el jefe del nivel. Éste también posee distintas formas y ataques según el área en que estemos. Un gigantesco muñeco de barro que lanza cabezas, un gran ojo que envía pequeñas formas a su imagen o un rinocerante serán algunas de las representaciones de estos bosses.

De dificultad media/alta y con momentos que pueden atragantarse, especialmente si no se consiguen a la primera cada uno de los power-ups, estamos ante una aventura que premia conocer cada detalle y las distintas rutinas de movimiento de los enemigos. Como éstos siempre aparecen en el mismo lugar con práctica y experiencia se puede uno anticipar a sus ataques. Como curiosidad veremos pulular entre el elenco de oponentes a una futura montura de 'Golden Axe'.


Corriendo bajo una placa System 16 muestra un tamaño de sprites enorme para la época, además de llegar a verse en pantalla gran cantidad de ellos al mismo tiempo. La gama de colores elegida es un tanto estridente lo que le da una estética muy singular. Hace uso de 3 botones para desarrollar toda su gama de técnicas: salto, patada, puñetazo. Los movimientos son un tanto forzados y carentes de fluidez. Algún cuadro de animación extra hubiese sido realmente bienvenido ya que la rigidez de las acciones, tanto del héroe como de los rivales, es probablemente la mayor losa técnica achacable a la entrega. El apartado sonoro cumple con creces su cometido con algunas melodías y efectos de tremenda calidad.

No cabe duda de que, con sus evidentes luces y sombras, 'Altered Beast' es una obra que ha trascendido en el tiempo. Sin ser el más brillante de los arcades realizados por Sega ocupa un espacio en el recuerdo de todos de una forma u otra. Y eso es algo muy admirable. Pese a contar ya con 25 años a sus espaldas aún se deja jugar consiguiendo atrapar en sus mundos de magia y seres de ultratumba a todo aquel que le dé una oportunidad sin prejuicios.