Si en mi último análisis comentaba cómo se había "consolizado" un arcade en su paso a la máquina de 8 bits de Sega a través de un par de detalles bastante típicos como la inclusión de una barra de vida y disminuir los requisitos para pasar de nivel, hoy quiero seguir abordando este tema desde la perspectiva de un nombre bastante conocido como es la obra de conducción de Taito Chase H.Q. en su versión para Master System. Ésta data de 1991, tres años posterior al original de los recreativos.

Como en esta entrada no quiero extenderme en temas de la trama que da vida al juego os emplazo a leer su argumento y características básicas en las palabras dedicadas a la cinta para ZX Spectrum, ya que en ese aspecto es un calco del arcade.

Centrándome en el cartucho para la veterana de Sega prefirieron obviar el sistema directo de la máquina con 5 misiones totales y siguieron un camino que da como resultado un título más completo y largo, aunque no por ello mejor o más divertido.

Las cinco persecuciones clásicas se ven aumentadas a un total de quince ya que se precisa completar cada escenario en tres dificultades diferentes. Al comienzo de cada etapa aparece un menú en el que se puede elegir entre una serie de opciones con las que mejorar nuestro vehículo, además de poder optar entre dejar o apagar la música de fondo y qué tipo de transmisión deseamos entre automática y manual. El añadir nuevas piezas supone un gasto de los puntos acumulados.

Las posibilidades al completo serían:

  • OIL (Aceite): Aumenta la velocidad máxima.
  • TURBO (Sobrealimentador): Añade un máximo de una unidad de aceleración turbo en cada etapa.
  • SUPER CHARGER (Supercargador): Mejora el rendimiento del motor tanto en velocidad máxima como en aceleración.
  • TIRE (Neumáticos): Aumenta la tracción y agarre.
  • BUMPER (Parachoques): Ya que éste se daña con los choques, y la velocidad máxima disminuye con ello, es conveniente cambiarlo a menudo.


Con estas nuevas alternativas se abre también un abanico de estrategias posibles para tratar de llevar a último término el objetivo final de la aventura. Conocer los recorridos será fundamental para saber en qué momento es más adecuado hacer uso de ciertas elecciones ya que alguna de ellas, por su elevado coste, no será probable instalarla más que en una ocasión a lo largo de la partida.

Técnicamente muestra un nivel más que aceptable. Gráficos coloridos, suave scroll de pantalla y magnífica sensación de velocidad gracias a un notable efecto scaling. Se echa en falta algún tipo de efecto en los choques ante los múltiples vehículos que se adelantan al igual que cierto deterioro en el automóvil principal, ya que los únicos coches que sufren desperfectos son los del sospechoso que se persigue. Asimismo la zona ocupada por los distintos indicadores resulta algo excesiva, dejando la pantalla de juego algo escasa en tamaño. La música y los efectos de sonido cumplen su cometido sin más con la misma melodía acompañándonos fase tras fase.

El control es preciso y simple: un botón para acelerar, otro para activar el turbo que dura 5 segundos, arriba para subir marcha, abajo para recucirla e izquierda y derecha para moverse en horizontal. Nada que objetar en este apartado ya que todo reacciona al momento y sin retraso. 


Concluirlo al completo requiere de bastante habilidad debido a una cota de dificultad alta. El no chocar contribuye a obtener más altas bonificaciones por adelantamientos lo que repercutirá en mayores opciones de compra de mejoras. El sabio uso de los 3 turbos disponibles (4 si se adquiere el extra) también marcará diferencias entre acabar un stage de forma cómoda, apurada o simplemente no terminarlo. Existen 3 continuaciones las cuáles permiten seguir la caza justo desde el lugar en que se nos acabó el tiempo. Si no se es raudo en su uso el coche rival se alejará cada vez más ya que éste no se detiene aunque nosotros lo hayamos hecho.

En su paso a la consola de Sega pierde algo de la diversión directa que pudo verse en otras versiones. Asimismo se echan en falta los mensajes por radio en mitad de los recorridos o la aparición del helicóptero, por ejemplo, detalles que contribuían a una mayor inmersión del jugador en la historia. Por contra los nuevos extras le añaden un punto de profundidad que no tenía el arcade. ¿Mejor o peor? Va en gustos, aunque es entendible que tras 3 años en el mercado se buscase una fórmula con novedades manteniendo la base que lo encumbró en su momento, además de que la ampliación en el modo principal justifica el desembolso elevado que suponía la adquisición de juegos en esos tiempos. Personalmente aún conservo mi copia de esta entrega y de vez en cuando me pica el gusanillo de perseguir malechores a 8 bits.
Mi copia de Master en gran estado tras tantos años