A veces es tal la
cantidad de opciones disponibles que cuesta enfrentarse a la tarea de
con qué juego queremos pasar un tiempo. El abanico es, en ocasiones,
cuasi infinito y realizar una criba y selección se puede tornar un cometido hasta incluso tortuoso. Eso sí, pese a las variables ninguna
de ellas es excluyente de otra.
Seguir el ritmo de salida
de títulos actual con un mercado que no descansa ni se toma un
respiro para estudiar con un mínimo de perspectiva su propio desarrollo puede ser estresante. Las grandes compañías tienen su hoja de
ruta bien determinada y la maquinaria tan perfectamente engrasada que
son capaces de dejar en la cuneta aquello que hace nada pintaban como
obra maestra. Ser novedad devora todo y a todos, y no siempre es sencillo estar al tanto de qué merece realmente ser jugado.
El arquetipo de duración determinada y fecha de caducidad ajustada suspende en el apartado rejugabilidad. Historias largas, argumentos hollywoodienses, películas interactivas... Son abundantes los motivos que han convertido a buena parte de la industria en un mero "usar y tirar". Prácticamente nada se desea vaya más allá de lo inmediato. En este sentido, en esta última generación de consolas hemos asistido a un par de estrategias que podría decirse tratan de enmascarar un tanto la situación y cuyo calado es cuanto menos sorprendente, aunque en mi opinión con más sombras que luces.
El arquetipo de duración determinada y fecha de caducidad ajustada suspende en el apartado rejugabilidad. Historias largas, argumentos hollywoodienses, películas interactivas... Son abundantes los motivos que han convertido a buena parte de la industria en un mero "usar y tirar". Prácticamente nada se desea vaya más allá de lo inmediato. En este sentido, en esta última generación de consolas hemos asistido a un par de estrategias que podría decirse tratan de enmascarar un tanto la situación y cuyo calado es cuanto menos sorprendente, aunque en mi opinión con más sombras que luces.
Por una parte hemos visto
la introducción del modelo de logros/trofeos como manera de
incentivar obras que por sí mismas poseen, muchas de ellas, un
interés más bien escaso. Potenciar la búsqueda, absurda
normalmente, de distintos objetos o terminar un programa en
diferentes dificultades para que el usuario no se sienta estafado en
más ocasiones de las que debiera han sido una constante. En un primer instante, y como
novedad, ciertos objetivos tenían un pase; pero convivir con ellos
en una generación tan longeva como la actual, por momentos, ha sido
una broma de mal gusto.
Por otra, y vestidos
como forma de aumentar la vida útil de un juego, hemos hallado
los contenidos descargables: esos consabidos DLC's. Con éstos se ha
encontrado la excusa perfecta para dividir una creación en
fascículos e ir exprimiendo al consumidor. Aquí hay de todo, desde
empresas que realmente sí supieron usar las posibilidades que el
sistema brindaba en beneficio del usuario ('Naruto Rise of The Ninja'
y su parche gratuíto con voces en japonés, por ejemplo) hasta otras
como Capcom que, directamente, anuncian DLC's de títulos de los que
ni siquiera se ha llegado a ver ni una captura. En general ha primado
lo segundo sobre lo primero en demasía.
Asimismo no hay que
olvidar las entregas anuales, especialmente pensadas para
multijugador, con las que tener controlados a los consumidores más
aferrados a ese sector. Aquí confluyen varios de los males contemporáneos en su modalidad más nefasta: falta de originalidad,
actualizaciones innecesarias, agregados que no aportan nada, los
logros más disparatados que puedan pasar por la mente de cualquiera
de nosotros... FIFA's, COD's, NBA's, AC's... son los sospechosos
habituales que nunca faltan a la cita. Con los años muchos siguen dedicando su tiempo a éstos casi más por inercia que por cualquier otra circunstancia ya que su capacidad de sorpresa actual es prácticamente nula. En ocasiones y por culpa de este inmovilismo resulta muy complicado, especialmente en consola, encontrar otros títulos cuyo online cuente con una comunidad suficiente.
Cambiando de tercio no
debemos omitir las opciones que nos brindan sectores menos
comerciales, que también ponen su granito de arena "dificultando"
a qué jugar. Los juegos indie se han hecho, con fuerza, con su trozo
del sector y parece que al fin empiezan a ser tomados en serio. Con
la ventaja de no precisar de equipos punteros con los que echarlos a
rodar, de cubrir campos que las grandes empresas dejan descubiertos y
de ser económicamente asequibles su número de demandantes cada vez
es mayor. Aún les queda un largo camino por delante hasta ser
tratados de igual a igual a los de las poderosas multinacionales (se
nota el factor económico y las diferencias en gastos publicitarios)
debido a que informarse de muchos de ellos no es siempre sencillo y/o
cómodo. Personalmente descubrir novedades independientes que merecen la pena es uno de los temas que más me agradan actualmente relacionados con este mundillo.
Y qué decir de los
coleccionistas y de los aficionados a los emuladores y sus roms. Todo
un vasto universo para los retrojugones con cada día más adeptos y, probablemente, un espacio perfectamente complementario para todo tipo de gamers (casuales, indies, hardcores...).
Antes de terminar no
quiero dejar de lado la labor de los remakes y demakes para brindar a
la comunidad actual obras del pasado. De nuevo podemos observar las
miserias de la industria en ocasiones al querer cobrar por
prácticamente 2 filtros mal aplicados una cantidad a todas luces
indecente. Lo último de este estilo ese 'D&D: Chronicles of
Mystara'. Pero por suerte, en el extremo opuesto, también podemos contar con
usuarios que son capaces de llevar tareas laboriosas con un mimo y
cuidado muy por encima de los anteriores y que permiten,
gratuítamente en numerosas ocasiones, disfrutar de una puesta al
día de la más alta calidad. Desde el aún actual 'Souls' para Spectrum hasta el maravilloso 'Streets of Rage Remake' sirven de
ejemplo para este grupo.
Como en otras
oportunidades lo que empezó en forma de una sencilla pregunta ha
acabado como crítica, espero que tomada de manera constructiva. Por
suerte, para otorgar un punto más positivo al asunto, que haya tal variedad
de opciones debe ayudar a que cada uno encuentre ese hueco en
que se sienta más cómodo para seguir disfrutando de este hobby que,
pese a los mil cambios que puedan producirse, sigue siendo
simplemente eso: una forma divertida de pasar el rato. Pero si se tratase, en general, con mayor mimo a los programas y se optase por calidad ante cantidad en el fondo todos saldríamos ganando.
Me hice esa pregunta mil y una veces, hasta que tomé la firme decisión de jugar a una cosa: lo que me viniera en gana.
ResponderEliminarSinceramente, paso de agobiarme con juegos de lanzamiento (a no ser que sea algo muy esperado) o a jugar a esos títulos que parecen de obligada compra. Tampoco me preocupo ya de las supuestas "obras maestras"; juego a lo que quiero, porque al fin y al cabo es un hobby, para agobios ya tengo otras cosas.
Pasé esa etapa, pero al final la superé, y es ahora realmente cuando más disfruto de este mundillo.
Tengo 300 mil juegos pendientes por jugar, así que sé que eso significa que me voy a morir y no habré jugado ni a la mitad (y más porque la lista siempre va aumentando xD), pero ni me rallo ni me como la cabeza en eso porque es lo que hay.
ResponderEliminarComo Suso, cuando termino un juego me pongo con otro que por una razón u otra me viene en gana de jugar, sin importarme género, compañía, consola o si es una novedad, indie o retro, el único motivo para elegirlo es que es el juego que justo en ese momento quiero jugar, paso de planificar y organizar que juegos me toca jugar o de jugar a un juego por obligación, nunca me ha gustado eso de "se debe jugar a este juego para considerarse jugador" o porque es la novedad de turno, porque tampoco acabo de entender eso de que "lo habría jugado cuando salió hace un año, pero ahora ya no me interesa porque hay juegos nuevos".
Personalmente tengo por jugar casi toda esta última generación al completo y lo cierto es que no tengo prisa por jugar a los más llamativos cuando sea. Creo que lo último que terminé y me gustó fue el primer "Mass Effect" hace no mucho, así que en realidad voy a mi ritmo. No sé vosotros pero la pereza de ponerse con los juegos más actuales con sus tutoriales, introducciones largas y demás me quita muchas veces las ganas de siquiera meter el juego en la consola.
ResponderEliminarDonde esté un mame o una partida a cualquier consola de 8/16 bits por su inmediatez que se quiten las "moderneces" :P
Salu2
Y las actualizaciones, no te olvides de las actualizaciones en esos días que tienes media hora-1 hora para jugar y te saltan todos los avisos para que actualices el sistema y el juego o te descargues parches, de ahí que casi siempre tengo las consolas desconectadas de Internet.
EliminarUff cierto. También he optado hace tiempo por quitar el arranque automático online al conectar porque es un agobio. Más de una vez me ha pasado que iba a jugar a algo concreto y tras actualizaciones de sistema, reinicios y demás o se me pasan las ganas o directamente ni me acuerdo por qué había encendido la máquina.
EliminarEstoy con Suso y Roy. Uno debe jugar a lo que le venga en gana, con tranquilidad. Como digo siempre sin prisa pero sin pausa.
ResponderEliminarYo lo que suelo hacer es compaginar un juego largo con uno corto y de temáticas diferentes. Eso si, si me pica algún juego en concreto pues a por ese.
La industria, como es normal pues para eso son empresas, nos incitan a comprar y consumir lo máximo posible. Siempre ha sido así.
Lo único es que antes el mercado principal eran los niños, haciendo que el poder adquisitivo fuera muy escaso. Ahora esos niños hemos crecido y tenemos mucho mas poder adquisitivo.
Si a eso le unimos las típicas ofertas y la segunda mano, hace que en nada tengamos un montón de juegos para comprar.
Yo con la ristra de juegos que tengo por delante, me he propuesto no comprar nada en Steam y no entrar en tiendas de videojuegos. De momento lo estoy consiguiendo...